Por, María Juliana Soto
de Fundación Karisma
Hace un par de días, Vimeo anunció que con la renovación de su interfaz implementaría el servicio de búsqueda de contenidos licenciados con Creative Commons. Vimeo, quien permite desde hace bastante tiempo que sus usuarios licencien sus videos bajo licencias libres CC, seguramente logrará lo que Flickr anunció en octubre de 2011. El sitio que permite almacenar, ordenar, buscar, vender y compartir fotografías y videos en línea, consolidó dentro de su plataforma, el repositorio de fotografías licenciadas bajo creative commons más grande del mundo: 200 millones de fotos y la cuenta continúa. Y es que Flickr, fue uno de los primeros en implementar las licencias creative commons como parte de las herramientas que le brinda a los usuarios a la hora de colgar fotos o videos y también quien incorporó dentro de su función “búsqueda avanzada” la posibilidad de depurar la tarea para encontrar sólo contenido creative commons.
Youtube, por su parte, anunció a mediados del 2011 que permitiría el uso de la licencia (BY) de creative commons desde su editor de video. Una buena noticia para los interesados en la remezcla y en hacerle una jugada legal a las, cada vez más fuertes, leyes del copyright, que ejercen visiblemente su poder en este servicio de videos. Pero tras el anuncio surgió una pregunta ¿por qué únicamente la licencia BY, qué pasó con las otras 5? Una de las respuestas explicaba: “el sitio de vídeos quiere mantener las cosas de la manera más simple, habilitando sólo una de inicio” (alt1040). Sin embargo, otros decidieron profundizar un poco más en la cuestión y aventurarse a lanzar preguntas; preguntas muy valiosas para los interesados en la evolución del audiovisual, en los modelos de circulación y en las diferentes miradas e intensiones escritas entre líneas en las políticas de estos sitios de alojamiento, intercambio y producción de contenidos audiovisuales.
Es el caso del Alberto Tognazzi, director del MovilFilmFest (festival español de cortos rodados con y para celulares) que en su texto “Youtube, ¿el sueño de Buñuel?” retoma las ideas de este maestro del surrealismo (quien afirmaba que lo que selecciona la cámara no es una decisión neutra, despojada de sentido, sino por el contrario lo que permite que el cine sea lenguaje. Una estructura en donde la mirada del director guía y toma de la mano al espectador) para entender lo que está pasando con Youtube, su búsqueda del live y la naturalización de una experiencia audiovisual completamente diferente a la que se propone con la estructura cinematográfica lineal, un proceso en donde el espectador, solo frente a la pantalla, pasando de un video a otro, construye relaciones guiado por su ¿instinto?. Entonces, pregunta Tognazzi
“¿quién acompaña esa mirada? ¿Cómo se construye el meta relato, el texto que junta imágenes, fragmentos de vídeo, uno tras otro, llevando a la creación de una ideología? ¿Qué ideología late en plataformas como Youtube y en la manera con la que nos aproximamos y accedemos a sus vídeos?”
Pero afirmar que las decisiones que toma el usuario de Youtube son producto del instinto, es desconocer una paradoja:
“el carácter subversivo de Youtube se nutre del lenguaje cinematográfico y está en su aspecto artístico, en la capacidad de despertar y alimentar nuevas emociones en los espectadores, mientras que ahora el archivo infinito de sintagmas audiovisuales es sólo una parte, y la mirada del usuario puede ser dirigida a través de hipervínculos, tags y sugerencias patrocinadas. Estamos ante la mayor herramienta creativa en forma de palimpsesto, pero también a una gran máquina de manipulación”
Y en este punto es en donde la discusión sobre la implementación de la licencia CC-BY cobra sentido, pues se trata de una decisión política y ética, que considero busca, por un lado, tener a los usuarios de su lado (habría que recordar lo fuerte que ha sido el movimiento mundial en contra de proyectos de ley como SOPA y PIPA) mostrando voluntad hacia la transparencia y la apertura, pero con una condición: que el negocio siga siendo tan rentable como hasta ahora.
“Es obvio que los de Youtube admitan únicamente el uso de esta licencia ya que de lo contrario no podrían poner anuncios en los vídeos ni lucrarse con ellos. Hay que decir que, en parte, que me parece justo que lo intenten ya que ofrecen un servicio inigualable, pero esta es una de las múltiples contradicciones internas de la plataforma, que hace las reglas y se las salta cuando le viene en gana. Youtube juega una vez más al doble rasero: quieren poder lucrarse al mismo tiempo que quieren ser cool, pero acaban siendo arbitrarios y muy poco coherentes”.
La reflexión de Tognazzi nos invita a leer atentamente los subtextos que atraviesan estas decisiones, tan diáfanas en apariencia. Es imposible desconocer que la cultura libre juega dentro de las dinámicas del mundo capitalista, incluidas las praderas de Silicon Valley. Eso sí, hay que decir, como el mismo Tognazzi lo hace que:
“Estamos ante un nuevo medio y todavía, como usuarios y teóricos, no estamos suficientemente preparados para poder juzgar con perspectiva histórica”.
El texto completo está disponible aquí.
Imagen original por Jakebouma. CC (BY-NC-SA)